Construyendo Tejido Empresarial en Norte de Santander: contratación de personas migrantes contribuye al fortalecimiento de empresas locales
05 diciembre 2024
Cúcuta, noviembre de 2024 – Cerca de 25 empresarios de diferentes sectores económicos de Norte de Santander se dieron cita en el evento “Construyendo Tejido Empresarial: la migración como valor agregado”, con el fin de elaborar una ruta de trabajo que permita a la población migrante convertirse en fuerza laboral activa y contribuir así al fortalecimiento de la región.
Este evento, que hace parte de una de las estrategias del Servicio Jesuita de Refugiados Colombia para promover la integración socioeconómica de la población migrante en el país, busca incentivar la empleabilidad de personas en movilidad humana forzada por medio de la articulación del ecosistema empresarial, los sectores público, privado y académico; así como del apoyo a las empresas a través de la entrega de incentivos y el acompañamiento en los procesos de contratación.
Al respecto, Mariajosé García, Coordinadora de la Oficina Territorial Norte de Santander del Servicio Jesuita a Refugiados Colombia afirma: “Creemos que es importante romper algunas barreras en la contratación de la población migrante, sobre todo el desconocimiento sobre cómo contratarlos y para qué hacerlo. También consideramos que el sector empresarial está en un momento donde emplear a personas migrantes puede contribuir a su desarrollo. Por eso queremos hablar de construcción de tejido empresarial, de oportunidad, de innovación, de transformación; pero también de valorar a las personas que están llegando a nuestro territorio”.
Desde el año 2022, 13 empresas con sede en Cúcuta pertenecientes a diferentes sectores económicos se han sumado a la iniciativa del Servicio Jesuita a Refugiados a través de la contratación laboral 46 personas, algunas de las cuales son egresadas de programas técnicos financiados por la organización, gracias a sus donantes. Estas formaciones y otros acompañamientos han permitido fortalecer capacidades profesionales y personales de quienes han mirado forzosamente y ahora hacen parte de entornos laborales en condiciones formales y dignas.
Jaime Orama, quien es migrante venezolano y cuenta con contrato laboral con una distribuidora de cosméticos asegura que, gracias al tejido construido entre los sectores público y privado “se me han abierto muchas puertas; antes no tenía un sueldo fijo, aquí he podido estabilizarme porque tengo mi mensualidad, mi seguro para mí y para mi hijo y así puedo sostener a mi familia”. Así mismo, Katherin Torres, que desde hace varios meses cuenta con empleo formal en una pastelería: “Me encuentro trabajando en esta empresa con todas las prestaciones, primas, contrato, como todo ser humano también merece, así no sea de esta misma nacionalidad”.
La experiencia ha sido positiva, no solo para las personas en movilidad humana forzada que ahora cuentan con un empleo formal, sino para las empresas que han empleado a migrantes, así lo afirma Jennifer Pérez, gerente de talento humano de Comercializadora Montes, una de las empresas que desde hace dos años contrata a población migrante en Norte de Santander: “las personas migrantes vienen a ofrecernos todas sus capacidades, habilidades, conocimientos experiencias y vienen también a aportar y a beneficiar a la empresa. Adicional a todo esto que estamos nosotros aportando, pues también tenemos una ganancia que es un incentivo económico que por supuesto ayuda mucho al pago de esa seguridad social, de esa persona que estamos contratando”.
Cabe destacar que, según Migración Colombia, a corte de 30 de septiembre de este año, en Norte de Santander residen 328.820 personas venezolanas, de las cuales 142.366 (entre los 18 y los 49 años) se encuentran en estatus regular, lo que implica que pueden tener contratos de trabajo, así como acceso a bancarización y otros servicios requeridos para la vinculación laboral.
Posterior a esta actividad, el Servicio Jesuita a Refugiados Colombia brindará un acompañamiento a las empresas participantes para que estas puedan sumarse a la vinculación de personas migrantes, aprovechando sus habilidades y brindándoles un empleo digno y formal; todo ello, enmarcado en el espíritu de la organización de proteger la dignidad humana y acompañar la construcción de nuevos proyectos de vida de las personas en situación de movilidad humana forzada, teniendo como base fundamental la hospitalidad y la reconciliación.