Informe # 5
Analizamos el impacto de las estrategias del Gobierno para prevenir el contagio por COVID-19, en la educación de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en el país.
Educación de Niños, Niñas y Adolescentes: En jaque como consecuencia de la pandemia
La coyuntura del COVID-19 ha implicado retos para distintos sectores de la sociedad colombiana. Si bien, todos/as tenemos una responsabilidad en términos de autocuidado como medida para prevenir el contagio del virus al darle continuidad a las dinámicas de la sociedad, institucionalmente existe la obligación del Estado en todos sus niveles de tomar las medidas que sean necesarias para contener el aumento de la pandemia y cuidar de la salud de los contagiados. Lo anterior, sin que dé lugar a que se ignoren las obligaciones que tiene el Estado como garante de acceso a derechos, bienes y servicios, dado su rol de prevención de nuevas afectaciones a poblaciones que históricamente han sido vulnerables y/o golpeadas por la violencia y las desigualdades sociales.
Cúcuta, 23 de julio de 2020. (@ColombiaJRS) La educación de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ) en el país no ha sido ajena a los cambios, ajustes e innovaciones derivados de las estrategias gubernamentales para prevenir el contagio. Este derecho fundamental ya venía presentado fallas, en especial en entornos rurales, donde los NNAJ tenían dificultades para acceder a una educación de calidad debido a la débil presencia institucional, poca infraestructura, así como la carencia de suficientes docentes y de materiales y/o tecnologías para desarrollar de manera completa y acorde a las tendencias mundiales el ciclo de formación. La emergencia sanitaria que estamos viviendo, ratificó y dejó claramente en evidencia las desigualdades estructurales del sistema público educativo que han sido reproducidas y alimentadas históricamente.
Desde el 16 de marzo, día en que se suspendieron las clases presenciales en los colegios del país, se inició la identificación de medidas para que los estudiantes continuaran su aprendizaje. Sin poner en consideración si se contaba o no con herramientas pedagógicas, tecnológicas y de infraestructura, se optó por mover las clases a la virtualidad para no frenar los procesos educativos en el país. Si bien la apuesta institucional era favorecer a los NNAJ dando continuidad a sus estudios, el Servicio Jesuita a Refugiados Colombia (JRS/COL) en el marco de los acompañamientos desarrollados por el área de prevención en Norte de Santander, ha podido constatar que para los NNAJ de algunas zonas del departamento, esta modalidad no es la más favorable puesto que las familias no cuentan con las herramientas y conectividad adecuadas para acceder a educación virtual, algo que aunado a las condiciones previas de vulnerabilidad que ya vivían, se vuelven grandes limitantes para continuar con el proceso educativo.
El paso a la virtualidad representó nuevos retos para todos los actores involucrados en el proceso educativo (estudiantes, docentes, padres de familia, cuidadores o cuidadoras) tanto en zona rural como en urbana; así se evidencia en el ejercicio de acompañamiento realizado en zona rural de Norte de Santander y en las comunas 8 y 9 de Cúcuta, donde la mayoría de los hogares se encontraban ya en condiciones precarias, dificultando aún más el acceso a las clases virtuales y la entrega de trabajos por parte de los NNAJ, debido principalmente a limitantes internas como la falta de dinero para realizar recargas de datos a los dispositivos móviles, así como la disponibilidad de equipos adecuados o suficientes para todo el núcleo familiar (muchas familias solo cuentan con un dispositivo tecnológico para el uso de todos los miembros del hogar) generando que los NNAJ se vieran movidos a realizar sus tareas bajo la presión del tiempo lo que dificulta la concentración y hace más complejo y frustrante el desarrollo de las actividades.
Dentro de los factores externos, se ha podido evidenciar que las fallas constantes en la red por cuenta de la conectividad, hacen que el audio y video de las clases sea inestable e intermitente. Esta problemática, aunque es afrontada tanto en las zonas urbanas como en las rurales, es aún más profunda en el sector rural, donde incluso muchos NNAJ no logran acceder a esta, lo que desemboca en estrés constante para todos los involucrados, maestros y estudiantes, incluso para los padres de familia o cuidadores, quienes han asumido una responsabilidad mayor de cara al seguimiento y acompañamiento en las tareas, generando un impacto a doble vía: es positivo, al permitirles estar más involucrados en el proceso de enseñanza y aprendizaje de sus hijos e hijas, pero es negativo, en la medida que muchos padres, madres y/o cuidadores y cuidadoras no tienen los niveles educativos necesarios para guiar los procesos de enseñanza o no conocen de pedagogías y estrategias para acompañar en sus labores a los NNAJ.
La virtualidad ha sido un escenario novedoso para la mayoría de los estudiantes y docentes, quienes han tenido que adaptar sus métodos de enseñanza y aprendizaje; los docentes han puesto todos sus esfuerzos para aprender el uso de las herramientas tecnológicas en un corto tiempo, sumado a la generación constante de material pedagógico y didáctico que ha representado una demanda mayor del tiempo que normalmente dedicaban a estas tareas; por otra parte tanto estudiantes como cuidadores han buscado soluciones a las limitaciones de acceso no sólo dentro de su núcleo familiar sino con la comunidad, gestándose la oportunidad de construir pequeñas redes de apoyo, donde vecinos y vecinas ayudan a otros u otras con las tareas de sus hijos e hijas, prestan sus dispositivos móviles o comparten la red de internet.
Otras afectaciones en el ámbito familiar
En conversaciones con algunos NNAJ, identificamos que en muchos casos el ambiente en el hogar se ha vuelto tenso, aumentando el número de discusiones y el uso de violencia verbal y/o psicológica a nivel intrafamiliar. Cabe señalar, que se encontró una correlación directa entre la capacidad económica de los hogares en materia de acceso a diferentes bienes y servicios, con la estabilidad emocional del núcleo familiar. Es decir, a mayor nivel de preocupación económica de los padres por dar sustento y cubrir las necesidades básicas, mayores son las tensiones, los conflictos internos y la afectación en la estabilidad emocional de los NNAJ. Una situación muy recurrente en los hogares de familias migrantes forzadas provenientes de Venezuela, debido a su falta de acceso a trabajo y oportunidades en el comercio informal, uno de los sectores más golpeados en el marco de la crisis actual.
La falta de empleo, la dificultad para acceder a servicios de salud, alimentación y medicamentos también es una situación de preocupación para los hogares y para los NNAJ, muchos de ellos manifiestan que viven lejos al casco urbano y no ha sido fácil conseguir transporte para proveerse de alimentos o medicamentos, así mismo esto se presenta como una dificultad para quienes deben ir hasta el colegio a recoger las guías de trabajo aplicadas para otro tanto de la población escolarizada, que encuentran en esta modalidad una mejor alternativa para continuar con su formación.
Es importante tener presente que en estos territorios aún hay conflicto armado, lo que suma a la problemática riesgos asociados a inseguridad. Los NNAJ manifiestan sentir temor al momento de salir de sus hogares, por posibles robos o situaciones de fuego cruzado que continúan presentándose a pesar del aislamiento social. Esta sensación también se gesta por el temor que les genera salir de sus casas y contagiarse con COVID-19, por lo que sus cuidadores han limitado las salidas a espacios públicos como parques o canchas de fútbol. Esto sin lugar a dudas, también ha generado malestar e inestabilidad emocional en los NNAJ.
Este escenario es un gran reto para el Estado. La articulación interinstitucional entre el Gobierno Nacional y las entidades territoriales debe buscar dar una respuesta eficaz a la garantía de acceso a la educación de todos los NNAJ que se encuentran en el territorio nacional sin importar su estatus y/o nacionalidad.
Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente alrededor de las limitaciones en el acceso a educación de los NNAJ que está implicando su atraso escolar, desde el JRS Colombia:
- Hacemos un llamado a las autoridades nacionales, departamentales y locales para que alienten procesos comunitarios y materialicen estrategias para el mejoramiento de la conectividad en el territorio nacional, haciendo énfasis en zonas rurales y apartadas. Esto debe hacerse de la mano con las instituciones educativas para que se garantice con urgencia una atención oportuna, que responda a las particularidades territoriales, para que los NNAJ más excluidos puedan gozar de educación de calidad.
- Recordamos al Gobierno Nacional, departamental y local que los NNA gozan de especial protección. Por esto se hace necesario, dada la situación de indefensión, vulnerabilidad y debilidad de esta población, que se garantice un desarrollo armónico e integral.
- Alentamos a la comunidad colombiana y a las instituciones educativas para que continúen fortaleciendo los procesos de acompañamiento a los NNAJ. La prioridad en esta coyuntura deberá centrarse en que no abandonen sus estudios y en mitigar los riesgos a los que pueden verse expuestos por las dinámicas de violencia propias de cada territorio.
Finalmente, el JRS/COL continuará realizando acciones que respondan a su misión de “acompañar, servir y defender a la población migrante o desplazada más vulnerable o en riesgo de estarlo”, identificando acciones que complementen la respuesta institucional y que respondan de manera particular a las situaciones propias de los territorios acompañados, como las que se han venido implementando en Norte de Santander, a través de estrategias de alternancia, virtuales y presenciales, en las que a través de experiencias de juego y acciones solidarias para la integración del grupo familiar, como la construcción de videos, dibujos, folletos y creaciones artísticas, se han generado espacios para las reflexiones, aprendizajes y construcciones colectivas en torno a temáticas como convivencia escolar, convivencia familiar, dimensiones del ser, resiliencia, empatía, resolución de conflictos y comunicación asertiva.